03 mayo 2005

Día 4: Monument Valley

Sí, sí. Ya sé que escribo cada 4 días en lugar de a diario, pero es que cada vez que me siento me pego una parrafada de 3-4 horas enfrente del cacharro este, y eso es más de lo que he hice en su día para aprobar alguna asignatura de las tochas. Sé que estos lapsos, en una página tan influyente como esta (una media de unas 10 visitas diarias, la mayoría de ellas mías) no es de recibo, pero intentaremos solucionar el tema. Más que nada porque a finales de este recién empezado mes vuelvo a Españñññia, y el nombre del blog ya no tendrá demasiado sentido.

El cuarto día amanecimos sin más complicaciones, lo cual es noticia, y nos pusimos en marcha hacia el parque Navajo de Monument Valley.

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El parque en sí es un valle extensísimo y completamente plano, del que surgen, de cuando en cuando, unas formaciones rocosas gigantescas. A casi todos os parecerá familiar en las fotos, porque era uno de los escenarios favoritos de John Ford para rodar muchas de sus películas. Tan importante fue el John Ford para el parque como su hermano Roque para los quesos (sí, ya lo sé, es malísimo, pero si no lo hago reviento). Los Navajo permitieron a Ford construir un barracón en el que se alojaba no sólo durante los rodajes, sino tambien en sus vacaciones. Ford estaba enamorado del lugar y de su gente, pero la relación era recíproca. La prueba es que el punto donde Ford tenía su barracón aún se llama "john Ford's Point", y tiene una de las vistas más impactantes de todo el parque. Mis cualidades como fotógrafo no me permitirían apoyar lo que acabo de decir, así que casi mejor admiráis la vista aquí.

El parque es la tierra sagrada de los Navajo, donde según su tradición habitan sus dioses. Por eso desde hace unos años sólo se puede visitar el parque por el camino marcado, ya que lo demás es territorio sagrado. Hasta hace unos 10 años era un puto cachondeo, y en las formaciones más famosas, como el Totem Pole, que es una columna de más de 100 metros de alto pero unos 4-5 de ancho, se grababan vídeos de Bon Jovi o anuncios en los que se soltaba un coche en paracaídas.

Para entrar en el parque hay que pagar algo así como 5$ por persona. Una vez dentro, lo primero que te encuentras es un centro para visitantes. La verdad es que los pobres indios lo habrán hecho con mucha ilusión y tal, pero las maquetas y pinturas parecen hechas por los alumnos de primaria del Colegio Toro Sentado. Es una pena, porque el sitio tiene muchísima historia que contar, y el centro es bastante chapucero. No me vale la falta de medios o la ilusión que los chicos han puesto en ello, que eso a mí no me servía para aprobar la pretecnología, no me jodas. Lo único que de verdad mola son las mantas Navajo, que las llevan tejiendo igual desde Dios sabe cuando.

Abrumados por el nivel artístico de los chavales, decidimos empezar el tour. La vista desde la terraza del centro de visitantes era ya impresionante:

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Para que os hagáis una idea de la escala, el caminillo ese que se ve en primer plano es de ancho como un carretera de doble dirección, porque caben dos camionetas una en cada sentido, con mucho espacio en el medio. Como unos 7-8 metros de anchora en esa parte, vaya. El coche aguantó bien, pero si en vez de alquilado hubiera sido mío, no lo meto por ahí ni de coña.

Los "monumentos" en sí son acojonantes, y como dice Cristina, ahora entiendo por qué los indios pensaban que sus dioses vivían aquí.

Os dejo algunas fotos aquí, pero en flickr he dejado alguna más:

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Esta ya la colgué en uno de mis primeros posts, pero ahora la podemos ver más grande en flickr, así que se puede ver mejor que esos puntitos que se ven a los pies del montoncito de arena son casas.

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Esta es mi foto del Totem Pole (es la columna más alta de las 3). No mola tanto como la que os he linkeado arriba, pero es todo lo que, en teoría, te puedes acercar. Tampoco es que hubiese mucha vigilancia, pero a ver quién tiene cojones a jugarse la cabellera.

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Este pedrusco se llama "El Camello", y la verdad es que hay que echarle un poco de imaginación. Aún así, no estoy muy seguro de mi teoría, así que si pincháis en la foto la veréis anotada, y si no estáis de acuerdo me calzáis vuestra teoría. Con la parida esta estuvimos más de 20 minutos enfrente de la piedra de los cojones, pero es que es un drama que divide al mundo, así que cuento con vuestra colaboración (masiva, como siempre, claro).

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De esta última me mola que, en medio del desierto y con un calor que tetorras, se ve al fondo la sierra nevada, con un frío que junta huevos.

Más fotos de las de !Joé, que caló!:

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Esta la pongo porque el coche me hizo mucha compañía, y el pobre también se merece un homenaje:

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Y aquí os dejo una muestra de la infraestructura turística de los navajo, sólo comparable a la de Madrid 2012, la Expo'92, el mundial de atletismo del 99 (¿Cómo no acordarnos de Abel Antón o de la Giraldilla borroka saludando a Carlos Herrera?). Dejo las comparaciones que si nombro a Sevilla más de la cuenta el Miguel se me enfada.

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Las fotos no sé bien quién las hizo, porque íbamos tres con dos cámaras, aunque usábamos casi siempre la de Janina, porque la mía en vez de hacer fotos hace mojones. Ante la duda, las que tienen buena pinta, casi seguro que no las hice yo. Seguro, seguro, sólo sé que hice las del suelo y la del coche. El resto de Cristina con mucha seguridad, porque aunque Janina hizo esa mañana casi 300 fotos, la jodía se las hacía a tooodo lo que veía. Que había una roca de 100m: Stop, stop!! Que un indio había puesto un mojón para que el ayuntamiento no le regara la finca: Stop, stop!!, y claro, con ese filtro de calidad se te cuelan más mojones que rocas de 100m. Eso sí, más contenta que Chupito.

El parque nos lo vimos en una mañana, así que antes de comer, a eso de la una, enfilamos para LA. Nos quedaban por delante unas 8-9 horas de viaje, así que para no aburriros os cuento que loúnico reseñable seguía siendo el anuncio del Army National Guard, con el que yo me sigo partiendo cada vez que lo oigo. Ah! Y que por el camino paramos a comer y nos metimos unos señores chuletones entre pecho y espalda, que ya iba siendo hora. Os juro que cuando vuelva a casa y me toque masticar de verdad, se me van a caer todos los dientes. Aquí solo comen mierda blanda, como hamburguesas, pasta, perritos, pizza, verduras, purés, sopas, etc. Pero de masticar, nasty de plasty.

Una vez cerca de LA, decidimos parar a buscar un hotel Eran las 11pm, pero había uno cada 500m en la carretera. Pues bien: no sé qué cojones había, pero no pudimos pillar un sitio para dormir hasta las 2 de la mañana. Y eso que era un lunes o algo así. Bueno, la verda es que a la una y pico estábamos tan desesperados que tratamos de usar una táctica ruin que, por supuesto, falló. En un hotel con pinta bastante maja, me dijeron que sí había habitación para tres, pero que serían unos 150$. Eso era más del doble de lo que veníamos pagando, así que fui a consultar con las chicas, que estaban en el coche esperando, aunque ya tenía claro que era un pastiche para nuestro pelado presupuesto. En estas estamos, cuando les comento que el chaval de recepción era mexicano (de los de bigote, por supuest) y que habíamos hablado todo en español. Al decir esto, se encendió una bombilla en algún sitio, y decidieron que tenía que intentar repetir la técnica de "mira qué pobre soy, que soy estudiante, tío", que tan buen resultado nos había dado para alquilar el coche. Se suponía que como el gachó y yo hablábamos español, la jugada estaba clara. Y tan clara. Le dije al socio que se nos escapaba un poco, porque sólo podíamos pagar unos 100$. Y él en ese momento me devolvió la tarjeta y me dijo "pues qué putada".

Al final dormimos en un tugurio con una moqueta de un sospechoso color verde, que tenía pinta de haber digievolucionado a su estado actual, y con pinta de tener cucarachas de esas que tienen que llamar a la puerta porque no caben por debajo. Pero a las 2 y media de la mañana, qué cojones queréis.

El parque nos lo vimos en una mañana